No se puede hablar de Guatemala sin caer en el deleite ocular que causa la cantidad de colores que se ven:
Los vivos mercados, las gua-guas con conductores suicidas, los vestidos de las mujeres rurales, sus bordados, (que son autenticas obras de arte...), los trajes de los bailes folcklóricos de la fiesta en Chichicastenango (de abreviatura Chichi... sin más comentarios..), los pantalones de los hombres de Solola, las fachadas de Antigua, incluso los cementerios...!!!
Todo parece una paleta de pintor y todo parece que conjunta... con lo que me cuesta a mi conjuntar el pantalón y la camiseta, coñño...
También es obligatorio hablar de los volcanes, que en este país tienen esa forma cónica perfecta que le da al paisaje un toque majestuoso y precioso.
Llegados a ese punto, cabe reseñar la histórica pateada que nos pegamos (yo con un calzoncillo en la cabeza... ande yo caliente...) para subir al volcán Santa Maria, de 3774 metros de altitud... 4 extenuantes horas que merecieron la pena por la vista que disfrutamos desde la cima. Se veían ondonadas de volcanes en rededor...
Otro histórico momento volcánico fue subir al Pacayá, un volcán activo con ríos de lava donde puedes estar a metro y medio del resplandeciente magma y calentarte golosinas espumosas (las rosadas nubes...). Único en el mundo.
En mi vida he visto muchos lagos, pero el Atitlán, sin duda, está en el podium:
Rodeado de volcanes perfectos y pueblecitos sin grandes edificios, es un placer navegarlo, bañarse o ver un atardecer reflejado...
El tributo que se cobró tanta belleza fué la cámara de Tote, que se quedó en San Pedro quiensabeande...
Mi querido colega tiene una maldicion con estos aparatos... a ver si a la tercera va la vencida...
Aunque yo no puedo hablar muy alto despues de sumergir 2 cámaras hace poco más de un mes... Sólo queria coger mi toalla... y...chof y chof...
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